martes, 18 de junio de 2013

Todas las mujeres intrépidas lo tienen. El reino del inconformismo, como airear una y otra vez tu habitación tras una noche de resaca (faltan dedos en el alma que se acuerden de enumerar los lastres cerebrales que tropiezan en tu camino). Al fin y al cabo, es una noche de tantas. La Biblia vuelve a estar escondida en el último cajón de la mesita de noche. Retales de mi ropa interior que vienen a parar aquí, donde muy pocos conocen la cara B de mi antología. Ni yo misma sé muy bien qué vine a buscar.

  

viernes, 16 de noviembre de 2012

3:02



“ Si no vuelves ahora: infame, imbécil, torpe, idiota,
voy a llamarme nunca”.  Carilda Oliver.



Madrid se hiela y me pilla desprevenida,
 con mi peor ropa interior.
Cómo te cuento de mis noches,
del humo y de las rimas esnifadas…
que te olvido con el despertador y
que tengo prisa  por enamorarme
un par de veces al día para
llegar derrotada a la cama y
decirte
“tú ganas”

Por si te da por aparecer,
estaré  en el culo del vaso del ron más barato,
en el colchón de cualquier cuerpo sin esperanzas,
en el primer metro que regrese al alba.

No prometo la manzana pero,
ven.
Me sobraron besos
que olvidé darte.

miércoles, 10 de octubre de 2012


<< De mil cosas rotas hago un puzzle nuevo en mi cabeza…>> 

Buenas noches Rose.


Deambulamos por las calles empedradas,
cuelgas un trozo de vidrio en mi cuello, lo haces arte,
inventas paredes cimentadas de utopías. 
Del mismo modo que el camino a su fin
chasqueamos nuestros dedos aferrándonos a 
un puñado de hojas de otoño 
que se vertebran 
al compás de nuestros huesos.

¿Cuántas gotas tiene un océano?