Apagué la luz y lo vi todo claro.
Lo impostergable es difícil de obviar
y todo lo impuesto produce arcadas.
Que al fin de cuentas la incandescencia de mi ser
se chocó de bruces una noche casual
con el desnudo aroma de tu poca vergüenza,
para acabar derrocando la indeformable temporalidad
abrazados de forma disgregada
a esta prolongada e incauta soledad.
Un beso
ResponderEliminarGenial, absolutamente genial!
ResponderEliminarUn saludo!