Quise contar mis recuerdos en un relato sincero,
pero me faltaba oficio y tuve que recurrir a mis maneras.
Los escuché muchas madrugadas, sus vivencias, sus momentos…
Sé que conseguí llegar al alma de muchos de ellos,
que capté su esencia, la atención de esos pequeños y retorcidos genios.
Los vi penetrando sus lenguas en el frescor de rubias con bocas mitológicas.
Los oí cantar cabalgando en blues pantanosos,
masturbando cuerdas tensadas en toscos y despechados clavijeros.
También vi a estos hombres llorar por rizados cabellos y nalgas apretadas
que tambaleaban sus más consistentes cimientos.
Y disfruté dándoles placer,
haciéndoles vibrar entonando coplas a modo de despedidas.
Reinventé cada estribillo, susurrando buenas y revolucionarias intenciones
(las cárceles de este país están llenas de gente con buenas intenciones).
Y que conste que solo copié lo que ellos me contaron.
Esto es todo cuanto aprendí de aquel divagar por las noches de los tiempos.
Te sientes sola. En cierta manera siempre ha sido así.
ResponderEliminarQuizás te hayas preguntado alguna vez aquello de "¿por qué soy de esta manera?", "¿Siento diferente a los demás o todos llevan una máscara de frialdad y convencionalismo?", "¿Debería pensar menos para ser más feliz?"
Si te quedas más tranquila, un hombre de ciencias te diría que tu percepción del mundo se debe a que haces un uso importante de tu hemisferio cerebral derecho. Es el de la creatividad, la intuición, la sensibilidad...
Eres una soñadora. Alguien que no se conforma con lo que ve en el mundo, día a día, porque le sabe a poco... pero el mundo de las ideas es siempre mayor que el mundo real.
Aun así, hay que estar alerta... quizás cruzando aquella calle, mirando de reojo la botella rota color rojizo te percates de algo nuevo, innovador, una clave que un poco de sentido al rompecabezas de la vida, que te indique "el camino".
Debe haber algo más.
Me gustaría que vieras este video.
http://www.youtube.com/watch?v=teFzsNIxSRo
Espero que este escrito te haya supuesto un guiño, una palmadita en la espalda en mitad de la carrera.
No estás sola.
Adagio.