sábado, 27 de agosto de 2011

 
Les dimos de comer y se olvidaron de nosotros. Como legado, un país democrático, un estado de derechos que costó más sangre que sudor y que quedará reducido a algo anecdótico que contar a las generaciones venideras. Palabras, muchas más de las que el mejor diccionario del mundo podrá soñar jamás, vocablos para maldefinir el presente y presagiar el futuro. 20 N, PPSOE, miedo. Ultraradicales de izquierda, izquierdosos, bándalos... las definiciones mejor sacadas de contexto e indecorosas para prejuiciar a aquellos que se indignan, que salen a la calle buscando porvenires por las esquinas, y que regresan con las marcas de la decadencia de un país en sus cuerpos. "No pensar, no creer en uno mismo, en tu potencial de superación, mortifícate por tus pecados, pero no sin antes darle las gracias al que esté detrás de todo esto por lo bueno que te ocurra, porque no depende de tí fraguarte un camino, para eso ya está la iglesia y el estado". 
Verdades universales, científicas y racionales castigadas desde el génesis. Al fin y al cabo el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.

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