miércoles, 9 de mayo de 2012


[...ella tiene miedo de no saber nombrar
lo que no existe...]
A.     Pizarnik

Dando una vuelta pensé en las pocas opciones con las que realmente contaba. Debería volver al lugar de donde no debí salir nunca, donde cada noche yo misma redimía los pecados acumulados del día anterior.  Las sombras devuelven el vacío de haber entregado las manos, dejando nuevamente ciega el alma. Mi cuerpo, mudo, ya no cree en los acordes. La confianza es un vestido al que le es imposible arreglar los bajos. Quizás sea la lobotomía la única salida posible. 

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