[...ella tiene miedo de no saber nombrar
lo que no existe...]
A. Pizarnik
Dando una vuelta pensé en las pocas opciones con las que realmente
contaba. Debería volver al lugar de donde no debí salir nunca, donde cada noche
yo misma redimía los pecados acumulados del día anterior. Las sombras devuelven el vacío de haber
entregado las manos, dejando nuevamente ciega el alma. Mi cuerpo, mudo, ya no cree
en los acordes. La confianza es un vestido al que le es imposible arreglar los
bajos. Quizás sea la lobotomía la única salida posible.
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