lunes, 25 de octubre de 2010

Caos


“Careciente de cualquier tipo de preceptos e instrucciones, de pautas y patrones”. Así debería rezar esta esquela a modo de advertencia. Con tu aguda perspicacia habrás observado, y si no, te doy mi promesa, que detrás de toda esta parafernalia no hay manuales ni sumarios. Las palabras fluyen, se amontonan, y, con un poco de suerte, se revelan. Puede parecer un embrollo, pero… para nada. No me aporta ingenuidad, ni tan siquiera me siento especial, o singular . De hecho, creo que cualquiera podría hacerlo.  Que lo mío fue casi por equivocación, demasiada presión en mi cabeza y… sudor, mucho sudor. Como sumos culpables  100 insufribles grados Fahrenheit, una maleta sin equipaje y demasiada incertidumbre tres meses vista atrás. Exhibo no más que el turbio reflejo de lo que podría ser cualquier crónica, quizás la tuya o probablemente la mía (más bien la de todos y nadie). Y así funciona esto, que aunque el sol se ponga siempre por el mismo lugar, no tendremos amaneceres idénticos ni días exactos.  Ese es el único plan descrito para mí. Así que nada de dejar pasar tentaciones mientras me recojo el pelo y reduzco la velocidad. Lo siento por Sabina, pero a mí nadie me robará el mes de Abril. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario