lunes, 12 de marzo de 2012



Un blues cosido  para mí, hecho de retales encontrados en los callejones que suelo frecuentar a altas horas de la madrugada, cuando trazo líneas oblicuas que me despistan antes de tropezar con los fríos muelles de mi cama. De repente, las puntadas del sol en el entresijo de mi ventana, poco antes de santiguarme y evitar el “haz conmigo lo que quieras”.  Lo cierto es que, con el paso de los días, me está saliendo un vestido al más estilo “Desigual”. 
                                                               ***

1 comentario:

  1. Puntadas de un sol que sorprenden tanto como dónde y cómo las ves.

    ResponderEliminar